martes, 22 de diciembre de 2009

"Prácticas de Rashomon" clase 21-12-09

Ayer se realizaron las 3 primeras prácticas de Anatomía del teatro Oriental en el interior del aula 2-3 de la RESAD, donde se imparte habitualmente la asignatura los lunes del primer cuatrimestre del curso escolar 2009-2010.

El estudio en clase de dos cuentos del escritor japonés Ryonosuke Akutagawa (Premio Nóbel de literatura 1936), En el bosque y Rashomón, que a su vez fueron la base de la película Rashomon de Akira Kurosawa, que produjo una revolución -aún vigente- en el arte cinematográfico de la narración de historias. Para el lenguaje cinematográfico, Rashomon es una piedra clave del ángulo de la mirada, la perspectiva personal, o el color del cristal con que se mira, que pueden tener –con la misma credibilidad- los tres personajes principales tanto del cuento como de la película; siendo necesario señalar, que uno de ellos habla después de muerto, a través de una inspirada médium.
Rashomon fue reconocida con humildad por la comunidad cinéfila occidental, colmándola de premios, e incluso proporcionó con su dialéctica originalidad alguna que otra crisis entre la aristocracia de los guionistas de Hollywood, que en el fondo se reprochaban unos a otros: “¿Cómo no se nos ocurrió a nosotros?” La respuesta de la industria vino con dos grandes películas: Carta a 3 esposas de J. L Mankiewitz, y Cautivos del mal de Vincent Minelli. En ambas se cuenta la misma historia, desde tres suculentos puntos de vista.
Tras ver y analizar fragmentos claves de la película en clase, se invitó a los alumnos a hacer suyo el mismo reto de los guionistas de Hollywood, y presentar en clase su propia propuesta por grupos.

Propuesta 1.
El asesinato de la prostituta transexual.
Alumnos: Fausto y Juan. Textos de Juan. Vídeo y puesta en escena: Fausto. Interpretación: Fausto y Juan.

1) Vídeo proyectado del interrogatorio en comisaría del cliente de la prostituta que estuvo con ella, justo antes de ser asesinada.
2) Aparición del espíritu de la muerta (en clave teatral, interpretada por Fausto), que aparece con la cara y el cuerpo maquillados con manchurrones blancos, cubierta apenas con un paño crudo, desgranando patéticamente su visión del asesinato. (El espectro de la transexual debía ser fotografiado con flashes por el público, mientras estuviera en escena.) La muerta realizó un mutis en clave física de teatro Noh, esto es de deslizamiento más que de marcha, y con cambios de ritmo y aspavientos hacia su salida final. Fausto que había tenido un accidente de moto, unos días antes, incorporó su cojera natural y su dolor, a los espectrales andares de la transexual asesinada. (Si la hubiera interpretado con muletas, quizás habría enriquecido su interpretación, a la par que habría aliviado su pierna).
3) Aparición de una transexual, amiga de la muerta, (Juan vestido con su ropa de alumno delante de una página parpadeante de youtube a tamaño pared, que anunciaba vídeos de Beyoncé, y otras exquisitas extravagancias.) que confesaba -en soliloquio con el público- haber caído en la tentación de denunciar a su amiga, porque en un anuncio de prensa leyó que pagarían 35.000 euros por cada prostituta transexual delatada. En el fondo no se arrepentía de lo que había hecho, porque su amiga estaría contenta, de que con su muerte, al menos ella hubiera conseguido dejar la calle, y pasar a ser una transexual digna, que por primera vez en su vida, miraba de frente a los ojos de la gente.

Propuesta 2
Puntos de vista.
Alumnas: Ana y Beatriz.

Miradas divergentes y convergentes. Las alumnas –ambas de 2º curso de escenografía- mostraron una presentación encadenada de imágenes con animada banda sonora de David Bowie, proyectadas sobre la pared del aula, donde habían colgado dos series de bocetos realizados por ambas, con el mismo tema: “Imágenes del sábado que comimos juntas”. Las fotografías mostraban imágenes que vieron y fotografiaron Ana y Beatriz ese mismo día. Cuando se reunían en casa de Ana, una fotografiaba como veía a la otra, o cómo las veía juntas (por ejemplo una foto de los pies calzados de ambas). Curiosamente, el último de los bocetos de las dos coincidía (sin haberse puesto ellas de acuerdo) en una común espiral.

Se analizó la propuesta, a partir de un mayoritario no entendimiento del público, sobre el trabajo mostrado, intentando detectar, qué piezas faltaban narrativa y visualmente en la propuesta. Se señaló que la importancia que se le concedía a los bocetos en el concepto del trabajo, no funcionaba en el espacio por un problema de escala. Los dibujos, realizados en tamaño “bloc de dibujo”, por muy presentes que estuvieran físicamente sobre la pared del aula, no podían competir en elocuencia con las imágenes fotográficas a tamaño pared completa, con lo cual no podían fundirse, ante la mirada del público, las dos miradas subjetivas de las escenógrafas en ciernes.

También voló sobre el análisis la sombra de si la ausencia de conflicto en la propuesta, podría ser también causante de la falta de implicación del público.

Se invitó a las alumnas, a reelaborar su trabajo, atendiendo a los comentarios y requerimientos de planificar asideros para el público que le ayuden a descifrar y –por tanto- hacer suya la propuesta. Se valoró la multidisciplinaridad del trabajo presentado.

* * *
Al calor de los dos primeros ejercicios, el profesor invitó a los ocho alumnos presentes en clase, a realizar una propuesta colectiva, elaborada grupalmente en 40 minutos, intentando trabajar más sobre la clave de la narración, o de los metalenguajes, que sobre las imágenes estéticas, o la necesidad de atrezzo o vestuario. Se trataba de poner en pie un mecanismo escénico dramático que convirtiera en protagonistas al concepto narrativo, más que a sus personajes.

3ª PROPUESTA
Yo también sé robar.
Alumnos: Rafael, Fausto, Beatriz, Iñaki, Juan, Raquel.

Pared iluminada, color neutro, ligeramente ámbar.
1) Por la puerta entra un alumno (Rafael), con un pañuelo en la cabeza, interpretando a una anciana, a la que le acaban de robar el bolso, donde guardaba el sueldo de jubilada, recién cobrado. Se sentía una mujer muy desafortunada.
La vieja da unos golpecitos sobre la puerta y va a sentarse entre el público (como harán todos, tras su itervención).
2) Entra un alumno dando voces a los que aún quedan fuera. Es policía (Fausto). Viene muy enfadado. Tiene las llaves de la cárcel en su bolsillo. Él también sabe robar. Da paseítos de un lado a otro, mientras proyecta su amenazante silueta sobre la pared iluminada.
2) Entra una chica (Beatriz) que acaba de robar un bolso. Es una mujer afortunada.
3) Entra un corredor de bolsa (Iñaki), que llama por teléfono ordenando compras millonarias de acciones. Acaba de robar un bolso. Lleva en su cartera, varios millones de euros que le son robados. Pero él, sin saberlo, se siente afortunado pro el bolso que ha robado lleva dentro la pensión de una vieja.
4) Entra por la puerta un asesino (Juan), que lleva una mano cortada de su última víctima, dentro de su bolso. Acaba de robarle a un policía las llaves de la cárcel. Se siente afortunado.
5) Entra un terrorista shiíta (Raquel, con su bufanda puesta a modo de turbante beduino, ocultándole la frente y la boca,) que llevaba una bomba en su bolso, y que se siente desafortunado, porque para una vez que roba un bolso se encuentra dentro una mano humana, y ahora teme que lo acusen de asesinato.
6) Vuelve a salir de entre el público, la primer anciana que confiesa, que desesperada por haberse quedado sin paga, robó el primer bolso de su vida, a alguien que pasaba, y resulta que lo que encontró dentro fue una bomba, y que por eso se siente una mujer desafortunada, porque ahora está muerta.

El ejercicio así contado se percibe mejor que cuando lo representaron los alumnos, pues ellos mismos estaban improvisando sin saber lo que estaban robando, o si habían sido robados. La tercera persona que redacta este comentario, recogió las claves del trabajo durante el análisis que se hizo en clase.

La conclusión fue la misma que en el ejercicio anterior, faltaba alguna que otra concesión al público, para que pudiera ir encajando –por si mismo- las piezas del rompecabezas. Y planteó la pregunta, de si unos actores que no saben lo que está sucediendo en el resto de la representación, comunican mejor con el público, o no, y si lo lograrían en el caso de que todos conocieran las claves de los demás.
Finalmente se valoró la reivindicación de “juego” de la propuesta, que había permitido conocerse mucho más a los alumnos entre ellos, elaborando un ejercicio colectivo.

2 comentarios:

  1. Una perfecta cronicade aquel día, muy bien.^^

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  2. JODER, no me lo creo David! Tu fuiste el espectro que grabó todo!
    FELIZ AÑO 2001! o 1002, o 0021 ó 2010, depende como se mire

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